A medida que las amenazas cibernéticas se vuelven más sofisticadas, proteger a las instituciones financieras y a sus clientes nunca ha sido tan crítico. Aquí entra en juego la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA), el marco innovador de la UE diseñado para fortalecer el sector financiero contra riesgos y interrupciones digitales.
En un mundo cada vez más digital, proteger a las instituciones financieras y a sus clientes de amenazas cibernéticas e interrupciones operativas es una prioridad. La Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA)—también conocida como la Ley de Resiliencia Operativa DORA que presentó la Unión Europea para mejorar la seguridad y resiliencia del sistema financiero. Su objetivo es unificar y fortalecer las prácticas de gestión de riesgos digitales en todo el sector financiero.
En las finanzas modernas, la tecnología es el elemento vital que mantiene las transacciones diarias en marcha. Ya sea que se trate de banca en línea, pagos móviles o activos criptográficos, los clientes esperan servicios sin interrupciones y transacciones seguras las 24 horas, los 7 días de la semana. Cuando ocurren cortes o ciberataques, las repercusiones pueden ser rápidas y dañinas, tanto financiera como reputacionalmente.
Las apuestas son altas. Una sola brecha o interrupción severa puede socavar la confianza en el mercado financiero, poner en riesgo los datos de los consumidores e incluso representar riesgos sistémicos para la estabilidad global. Reconociendo estos desafíos, DORA requiere que las entidades financieras tengan un marco de gestión de riesgos de tecnologías de la información y comunicación (TIC) integral, asegurando que puedan soportar, responder y recuperarse de incidentes relacionados con TIC.
La resiliencia operativa se trata de asegurar la continuidad. Significa tener una estrategia sólida para prevenir interrupciones, detectar vulnerabilidades y mitigar cualquier impacto cuando ocurra un evento. Al poner requisitos estrictos a las entidades financieras reguladas, DORA ayuda a mantener la confianza de los consumidores, fortalecer la estabilidad del sistema financiero y proteger la economía en general en una era digital e interconectada.
El Reglamento (UE) 2022/2554 conocido como la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA), es un marco legislativo integral desarrollado por la Unión Europea. Describe nuevas medidas regulatorias para asegurar que la infraestructura TIC del sector financiero se mantenga resiliente ante amenazas cibernéticas, fallos operativos y otras interrupciones TIC.
DORA se aplica a una amplia gama de instituciones, incluidos bancos, proveedores de servicios de pago, instituciones de dinero electrónico, empresas de inversión y compañías de seguros y pensiones ocupacionales. Al establecer reglas estandarizadas en todos los Estados miembros, DORA elimina la fragmentación regulatoria y proporciona un enfoque uniforme para gestionar el riesgo TIC.
Los principales objetivos de DORA giran en torno a armonizar y reforzar la gestión de riesgos digitales en el sector financiero europeo. Los objetivos clave incluyen:
Bajo DORA, las instituciones financieras deben adoptar un marco sólido de gestión de riesgos TIC capaz de detectar, prevenir y responder a amenazas cibernéticas y otras interrupciones operativas. Este marco debe estar completamente integrado en las estructuras de gobernanza y procesos comerciales existentes. Los requisitos clave incluyen:
Una estrategia robusta no sólo se trata de cumplir con los requisitos regulatorios, sino de crear una cultura de seguridad y resiliencia. Las mejores prácticas incluyen:
El reporte oportuno y preciso de incidentes es fundamental para limitar el daño. DORA exige que las entidades financieras reporten cualquier evento TIC importante, ya sea un ciberataque, una brecha de datos o un fallo del sistema, a las autoridades competentes dentro de plazos estrictos. Específicamente, las instituciones deben:
Cuanto antes se reporten los incidentes relacionados con TIC, más rápido podrán las autoridades y otras partes interesadas coordinar una respuesta. La notificación temprana permite una contención más rápida de las amenazas cibernéticas, minimizando la pérdida de datos y la interrupción. Además, una respuesta rápida puede ayudar a identificar patrones o vulnerabilidades extendidas, beneficiando a otras instituciones que potencialmente podrían estar expuestas a riesgos similares.
DORA requiere pruebas regulares de resistencia operativa digital para verificar que el marco de TIC de una institución pueda resistir ataques y recuperarse rápidamente. Estas pruebas deben ser exhaustivas, cubriendo tanto los sistemas internos como cualquier proveedor de servicios de TIC de terceros crítico.
Las pautas clave incluyen:
DORA alienta a las entidades a utilizar diversas pruebas, destacando las pruebas de penetración dirigidas por amenazas. Estas pruebas simulan ataques del mundo real para descubrir brechas ocultas en las medidas de seguridad. Las pruebas complementarias incluyen:
Debido a que muchas entidades financieras externalizan operaciones vitales a proveedores externos, los riesgos de TIC de terceros han crecido exponencialmente. DORA exige un escrutinio riguroso, contratación y monitoreo continuo de cualquier proveedor de servicios de TIC de terceros que maneje datos o sistemas críticos. Esto asegura que los esfuerzos de resiliencia de las organizaciones financieras no se vean socavados por proveedores despreparados o negligentes.
Más allá de seleccionar y monitorear proveedores, las instituciones también deben formalizar obligaciones a través de Acuerdos de Nivel de Servicio (SLA) claramente definidos. Estos SLA deben cubrir:
DORA promueve un enfoque de defensa colectiva alentar a las instituciones a compartir inteligencia sobre amenazas en tiempo real. Compartir información crítica, como firmas de malware recién descubiertas o estafas de phishing, permite a las organizaciones anticipar y mitigar riesgos de manera más efectiva. Una red de intercambio de inteligencia coordinada puede reducir drásticamente el tiempo entre el descubrimiento de amenazas y su mitigación. Al unir recursos y experiencia, las instituciones pueden identificar más rápidamente amenazas emergentes, reparar vulnerabilidades y adaptar sus mecanismos de defensa. Este enfoque colaborativo también fomenta la transparencia y la confianza dentro del ecosistema financiero más amplio.
El impacto más significativo de DORA es su potencial para mejorar la estabilidad y resiliencia en el sistema financiero. Al exigir marcos rigurosos de gestión de riesgos de TIC, pruebas regulares de resistencia operativa digital e informes de incidentes rápidos, DORA eleva efectivamente el nivel de los estándares de ciberseguridad en toda Europa.
DORA introduce capas adicionales de supervisión y obligaciones de informes. Las instituciones financieras tendrán que implementar:
Si bien estos esfuerzos pueden ser intensivos en recursos, ayudan a reducir el riesgo de incidentes catastróficos que pueden causar daños a la reputación y enormes pérdidas financieras.
Implementar DORA puede ser un desafío, particularmente para instituciones más pequeñas o menos digitalmente maduras. La necesidad aumentada de profesionales de ciberseguridad especializados, los costos generales para mantener el cumplimiento y la complejidad de integrar nuevas regulaciones en marcos existentes de gestión de riesgos son algunas de las complejidades que las instituciones financieras enfrentan o enfrentarán. Las estrategias para abordar estos obstáculos incluyen:
El primer paso es realizar una auditoría exhaustiva de los sistemas, procesos y políticas de TIC de su organización. Esto a menudo implica:
Una vez que se identifican las brechas, las instituciones pueden crear una hoja de ruta delineando los cambios técnicos y de procedimiento necesarios para cumplir con DORA. Los pasos recomendados incluyen:
Cumplir también significa invertir en las tecnologías adecuadas y la capacitación del personal. Los elementos esenciales incluyen:
DORA está configurada para transformar cómo las entidades financieras abordan la innovación digital. Al exigir altos estándares de seguridad y resiliencia, la regulación asegura que las nuevas tecnologías financieras, ya sean plataformas de inversión impulsadas por IA, aplicaciones de banca móvil o servicios de comercio de activos criptográficos, se diseñen con salvaguardias robustas desde un principio.
Además, las reglas armonizadas entre los Estados Miembros de la UE podrían acelerar la innovación, ya que las instituciones pueden expandir servicios a través de fronteras sin tener que navegar por paisajes regulatorios dispares. Este entorno cohesivo es probable que fomente la colaboración entre las entidades y las startups de fintech, creando un ecosistema digital más seguro y con visión de futuro.
En el futuro, es probable que veamos un aumento de herramientas impulsadas por IA que automaticen la detección de amenazas, las verificaciones de cumplimiento e incluso los flujos de trabajo de respuesta a incidentes. Es posible que veamos un cambio de respuestas reactivas a amenazas hacia una gestión proactiva de riesgos, apoyada por análisis predictivos e inteligencia de amenazas impulsada por IA.
Cumplimiento automatizado: Con un mayor énfasis en los datos y análisis en tiempo real, las verificaciones de cumplimiento se volverán más automatizadas, reduciendo los esfuerzos manuales y el error humano.
Influencia global: Aunque DORA es una regulación de la UE y aplicable desde el 17 de enero de 2025, es probable que su influencia se extienda más allá de las fronteras de Europa, estableciendo un referente global para los estándares de resiliencia operativa.
La Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA) es un paso monumental en la protección del sistema financiero de Europa contra los riesgos crecientes que plantea la digitalización. Al establecer un conjunto unificado de reglas, DORA asegura que las organizaciones de servicios financieros fortalezcan sus infraestructuras de TIC, informen y respondan rápidamente a los incidentes, y colaboren en la defensa colectiva contra las amenazas cibernéticas.
DORA, en su núcleo, no solo mejora las medidas de cumplimiento, sino que también imprime una cultura de mejora continua en la gestión de riesgos de TIC. A través de informes sólidos de incidentes, pruebas de resiliencia operativa digital y un estricto control de proveedores, las entidades financieras estarán mejor equipadas para salvaguardar sus operaciones, mantener la confianza del consumidor y conservar la estabilidad del mercado.
Ya aplicable desde 17 de enero de 2025, las instituciones financieras no pueden permitirse retrasar el cumplimiento de DORA.
Aquí hay algunas acciones que puedes tomar hoy:
Al tomar estas medidas, tu institución financiera no solo cumplirá con las nuevas obligaciones regulatorias, sino que también ganará una ventaja competitiva en la construcción de confianza y resiliencia. La era de DORA está aquí: abrázala como un catalizador para la innovación segura y el crecimiento sostenible en el panorama financiero digital en rápida evolución de Europa.
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